En el comercio internacional, no es raro encontrarse con clientes que plantean solicitudes “especiales”. Recientemente, un amigo mencionó a un cliente que no solo pedía inflar el monto de la factura, sino que también quería pagar parte en efectivo en dólares e incluso emitir una segunda factura por el mismo importe, alegando que era un cobro en efectivo, aunque en realidad no se efectuaría el pago. Esta situación suena algo compleja y puede resultar confusa. Hoy hablaremos de las razones detrás de esta práctica, los posibles riesgos y cómo manejarla para ayudar al cliente sin dejar de protegerse uno mismo.
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TogglePrimero, hablemos de la motivación del cliente al exigir una factura inflada. Por lo general, esta práctica suele responder a una necesidad de financiamiento. En algunos países, el cliente puede presentar una factura elevada al banco para solicitar un crédito mayor y aumentar su liquidez. Si desde el principio el cliente menciona que necesita una cotización alta para el préstamo y luego pide que el monto de la factura se incremente aún más, lo más probable es que quiera “maquillar” el volumen de su operación ante el banco y así obtener más fondos.
En cuanto a pagar una parte en efectivo en dólares y emitir además otra factura de cobro en efectivo (aunque en realidad no se efectúe el pago), resulta algo sospechoso. Tal vez el cliente busque inflar artificialmente sus gastos para ajustar su carga fiscal, como reducir la base imponible o eludir ciertas regulaciones. Sin embargo, esta maniobra puede ser rentable para el cliente, pero para el proveedor se convierte en un “patata caliente”.
Para aquellos de nosotros que hacemosComercio exteriorPara las empresas, cumplir con los requisitos del cliente puede acercar la relación, pero también hay que sopesar los riesgos potenciales:
Ante este tipo de exigencias, no queremos ofender al cliente, pero tampoco debemos dejar de protegernos. A continuación, algunas recomendaciones prácticas para que todos las tengan en cuenta:
En el comercio internacional, una factura precisa es el punto de partida fiscal y legal. Se recomienda emitir la factura según el monto real de la transacción para evitar sobrevaluaciones. Si el cliente insiste en una factura elevada, puedes recordarle amablemente que existen otras formas de solicitar un préstamo, como ofrecer garantías o comprobantes de activos; así todos se ahorran complicaciones.
La factura por un monto elevado que solicita el cliente suele ser la factura comercial para despacho de aduanas. En ese caso, podemos ajustar el monto de la factura de despacho, pero la que usemos para nuestra propia declaración debe corresponder exactamente al monto real del contrato. Por ejemplo, si el contrato es por 800 000 USD y el cliente pide que la factura de despacho diga 1 000 000 USD, le emitimos la factura de despacho por 1 000 000 USD, pero al declarar ante la aduana nacional seguimos con los 800 000 USD. Así satisfacemos al cliente sin comprometer el cumplimiento fiscal local.
El cliente exige pagar en efectivo en dólares y solicita que se emita un recibo adicional por cobro en efectivo, aunque en realidad no realizará el pago; esta práctica es claramente poco confiable. Recomendamos rechazar de plano la emisión de recibos de cobro falsos para evitar futuras responsabilidades. Si el cliente insiste en una transacción en efectivo, puede solicitársele que realice el pago mediante transferencia bancaria y proporcione un comprobante oficial; así se garantiza seguridad y claridad.
Si realmente no puedes rechazar la solicitud del cliente de una factura por un monto alto, puedes emitir la factura que necesita utilizando un sello distinto o un sello electrónico, diferenciándola de la factura oficial de despacho de aduana. De esta manera, incluso si surge alguna disputa, podrás delimitar responsabilidades. Sin embargo, este tipo de maniobras debe realizarse con cautela; lo mejor es consultar con un profesional para confirmar.
Al enfrentarte a problemas fiscales o legales tan complejos, no te cargues solo el peso. Busca un asesor fiscal o un abogado de confianza y platícale; te darán recomendaciones más profesionales y garantizarán que todo salga a la perfección.
En el comercio internacional, las necesidades de los clientes son muy variadas, pero el cumplimiento normativo siempre es lo primero. Ante solicitudes de facturas infladas o pagos en efectivo, debemos mantenernos alerta: ser flexibles sin cruzar la línea roja. Siempre que cobremos al completo, enviemos la mercancía correctamente y mantengamos una comunicación fluida con el cliente, muchos problemas se resolverán solos. Espero que estas ideas les sean útiles; la próxima vez que se enfrenten a una situación similar, ?tendrán más seguridad!
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